Cámara anecoica casera portátil por 12€ en 5 minutos

Vamos a empezar explicando someramente qué es una cámara anecoica: un lugar en el que no se reflejan las ondas acústicas.

Al emitir cualquier sonido las vibraciones viajan por el aire, rebotando en las superficies circundantes y devolviendo ecos que, en el caso de realizar una grabación, pueden distorsionar el resultado. En el caso que nos ocupa la intención es poder efectuar grabaciones de voz en casi cualquier sitio minimizando al máximo los posibles ecos que pueden colarse en una locución.

Existen algunas soluciones profesionales para ello que, aunque seguramente tienen un mejor aspecto estético, resultan bastante más caras que lo que vamos a hacer nosotros y modestamente obvian el aislamiento vertical. Nuestra cámara aislante sólo deja una «pared» libre, necesaria lógicamente para que el locutor le hable al micrófono que quedará situado en el interior.

Los materiales necesarios son únicamente dos: panel aislante acústico y caja. La segunda sería incluso opcional pues podemos aprovechar alguna que tengamos en casa o hacerla con cartón o plástico… la imaginación y los recursos disponibles al poder. Yo he optado por comprar una caja de almacenamiento que ya de por sí es plegable y además la vendían en el mismo establecimiento donde compré los paneles de aislante acústico Isofon 1 M2.

El pack incluye dos paneles de los cuales sólo necesitaríamos uno para nuestra mini cámara anecoica portátil. Siempre podemos comprarlo a medias con alguien interesado, hacer dos cajas y así podemos emplearlo en una entrevista con otra persona o tener una en casa y llevar otra en el maletero del coche para imprevistos o emplearlo para aislar cualquier otra cosa. Decorativamente no pasaría el factor WAT pero colocar uno de estos paneles detrás de un altavoz mejoraría mucho la experiencia auditiva. Para los más dados a la experimentación en la misma etiqueta de los panales aislantes incluyen algunas sugerencias al respecto de su uso.

Confieso que estoy tardando en escribir este modesto tutorial casi más que el tiempo necesario para confeccionar la cámara (tardé menos de 5 minutos). La caja basta con desplegarla. Presentamos (me encanta esta acepción de la palabra) la caja con el aislante para comprobar la medida necesaria y el punto por el que debemos cortar la plancha. Con unas tijeras grandes procedemos a ello. Recomiendo cortar una tira larga que en el interior de la caja se plegaría sobre tres de sus paredes, y ya con el sobrante recortamos las piezas necesarias para las partes superior e inferior. Se encajan con cuidado y ya está.

Decíamos que además de ser rápido y barato es plegable. Cuando hemos terminado la grabación sacamos las planchas aislantes, doblamos la larga sobre sí misma con las más pequeñas dentro, plegamos la caja y ya podemos meterlo todo en una bolsa para transportarlo cómodamente o esconder nuestro flamante estudio casero de grabación en un cajón. Incluyo el ticket de compra para que veáis que el presupuesto apenas supera los 12 € por unos céntimos (recordemos que el pack viene con dos planchas aislantes pero sólo necesitaríamos una).